Las siguientes son ideas que llegaban a mi cabeza mientras veía la película citada en el título. A propósito, en circunstancias similares de ruptura y despedidas, el arte –en cualquiera de sus presentaciones– puede brindarnos una gran motivación. Les dejo algunas de las conclusiones que hice a partir de mi propia película «PD: Te quiero».
- En las despedidas, uno busca aferrarse siempre a un recuerdo, es básicamente el temor de que algún día realmente podamos olvidarnos de esa persona… y sin embargo, eso no ocurrirá.
- Queremos ver donde no hay y es allí, en la situación más extrema, cuando nos damos cuenta de que es momento de un cambio, un real cambio que nos haga salir. Es interesante como ‘esa persona’ aún en su ausencia te guía, claro… es solo un guion de una película americana.
- Conocer gente es una opción peligrosa si uno no está seguro de sí mismo, pero no deja de ser una gran alternativa para salir adelante. Y siempre resultarán curiosas las coincidencias, pero no hay que creerse eso del ‘destino’, la historia hasta aquí recién comienza.
- El proceso de despedida es único, no hay un método ni reglas, solo un objetivo: Estar listo para una nueva aventura. Podemos hacer cosas aún por esa persona, pero en el fondo, sabemos que son para nosotros.
- Viajar es una gran opción para darse una oportunidad a sí mismo, cerrar heridas y tomar nuevas decisiones lejos de todo y con calma. Los amigos son, en este punto, un gran trampolín para el alma. (Aquí cabe añadir a Dios, tácitamente y dependiendo de las creencias de cada quién)
- Llegarán situaciones extraordinarias, hay que permitirse disfrutarlas sin temor ni remordimientos. La vida es una sola y es mejor vivir sonriendo. Una motivación extraordinaria llega con la naturaleza, hay que aventurarse a descubrirla.
- La torpeza es natural, volver a dar ‘los primeros pasos’ es una situación complicada y la sinceridad puede ser un arma de doble filo, pero al final todo depende de uno mismo. Explorar nuevamente las sensaciones para estar en armonía con uno mismo.
- Vivir al límite las emociones acarrea ciertas responsabilidades, y saber ‘encantar’, también. La libertad es una ‘cosa’ que juega con probabilidades e ilusiones, pero no debemos de jugar con ella.
- Hacer lo que uno siempre quiso hacer, sin importar la profesión: La vocación debe fluir siempre y dominar nuestra vida, o al menos de vez en cuando. Y quien sabe, la felicidad podría llegar en el ‘juego previo’
- El pasado no debe mezclarse con el presente, recordar no debe ser una tortura sino un medio de revivir las buenas cosas del ayer y depurar las malas, sin sufrimiento ni arrepentimiento. Prohibido cambiar el nombre (aun cuando las palabras salgan del corazón).
- A veces solo necesitamos un abrazo en silencio, a veces unas palabras paternales/maternales, a veces solo ser escuchados para aclararnos, a veces solo llorar. Son simplemente momentos, es nuestra naturaleza. Y en ella, aparecerán misteriosas señales que no harán que nuestra vida sea más fácil: sólo son señales, el resto es de cada uno.
- ¿Un capítulo? a veces cuesta creerlo ¿Un plan? a veces no sale como lo planeas ¿Un punto final? a veces cuesta ponerlo.
- Por último, un año entero es una buena cantidad de tiempo como para salir adelante, pero no es un estándar. Tal vez incluso unos días parezcan una eternidad pero, mucha suerte: a por el reto.

PD: te quiero
Me gusto. Sobre todo la posdata.
Gracias Izabel, y tú, viviste tu propia película? 🙂 Un abrazo