Cuando todo va bien y crees que nada arruinará tu estado de ‘soltero sin compromiso’, hasta lo más mínimo podría convertirse en una posible amenaza, incluso aquello que crees que podría ser bienestar para alguien querido. A lo largo de estos años he sentido una sensación de riesgo cuando mi ‘mejor amiga’ empieza una relación. Más allá de algo que no estoy seguro que sea válido: «Celos de amigo», entiendo que es un tema de sentirse solo, creer que esa persona ya no tendrá tiempo para hablar y que aquellas salidas de amigos ya no se podrán dar, porque existirá un desconocido que cambiará los esquemas, para bien de ella y para mal de uno.
Antes de empezar, necesito definir que son «mejores amigos». Yo no tengo exactamente un/una ‘mejor amig@’. Como todo lo de esta vida fluye, la amistad también varía y por etapas. Todas mis amistades son las mejores en sus momentos, algunas vuelven con frecuencia, otras luchan por estar diariamente y, lamentablemente algunas se pierden por diversos factores: la distancia, el trabajo, quizás haber cruzado un límite y no recuperar la brújula… o, por último, haber pasado a ser mi pareja y que ello haya acabado de una manera poco favorable.

Así que eres el novio de mi mejor amiga, dime ¿qué se siente estar con la chica más linda del mundo, por la cual daría mi vida?
Y es que el novio de mi mejor amiga –a partir de ahora llamado como «ese sujeto» –, por donde me lo han descrito en diferentes ocasiones, es como una versión mejorada de mí. Es gracioso, pero así es. Entonces, en un primer momento sí creo que me dan algo de celos, por el hecho de no sentirme, si quiera, como una opción. Luego, «ese sujeto», dependiendo de su capacidad de enamorar a mi amiga, la atonta y le hace titubear, haciendo que yo termine empujando para que esa relación progrese. Es decir, juego ‘en mi contra’ por el bien de mi amiga –nobleza o masoquismo–. En otro momento, y pese a que mi amiga sabe de mi situación con respecto al amor, tengo que comerme su discurso cursi y lleno de esa candidez contagiosa –o infecciosa– que te da el amor en sus inicios ¡Ahora, con Whatsapp, ya ni en el baño uno se salva! Y, por último, en caso las cosas no funcionen, uno está prohibido de decir «te lo dije» porque tiene que ser relativamente objetivo y colaborar, es decir: el rol del buen amigo.
Dirán que soy egoísta, que tal vez el amor a mí también me hizo alejarme de personas queridas. Pues sí: Lo acepto, pasé por una etapa similar pero aprendí la lección. Cuando perdí mis libertades –por un tema de celos de pareja, el cual espero contar con cautela más adelante– y me sentí solo estando acompañado, entonces toqué fondo y recuperé todo para luego volver al ciclo del amor. Pero en esa nueva oportunidad no dejé que nadie me prohibiera nada. Amar con libertades, ESE ES EL CONSEJO QUE DOY.
Sin embargo, también se trata de ser consecuente, y habrá ciertas cosas que a pesar de ser amigos ya no se podrán exigir durante una relación, quizás por respeto, quizás para evitar ‘dar que pensar’. Si es una amistad de verdad, entiendo que se amoldará. Si califica dentro de aquella definición de ‘mejor amiga’, entonces fluctuará para volver y seguir como siempre, haciendo que «ese sujeto» incluso logre ser amigo y hasta cómplice. Y, de no ser así, si acaso esta persona se perdiera y quedase la soledad, esto solo será temporal. Uno tiene la voluntad de querer estar solo, pero también la capacidad de emprender nuevas amistades.
Ya para cerrar, ¿no es más triste, acaso, rodearse de mucha gente pero solo confiar en los mismos «cuatro gatos»? Si acaso, cada persona representa un mundo, hay allá afuera muchos ‘posibles-amigos’ por descubrir, aunque sea por temporadas cortas o quizás para la eternidad, siempre bajo la misma premisa… ♫porque los amigos serán amigos hasta el final…
Espera q termine de.llorar y te lo comento.