Reencuentro imaginario

A lo largo de estos años he corroborado aquella idea de que se disfruta más lo que nos llega inesperadamente: Aquellas sorpresas agradables en momentos precisos. Una suma de factores que dan como resultado un momento inolvidable. Un día me desperté sin expectativas de nada, laboralmente no me interesó estresarme por ‘objetivos inalcanzables’, en casa evité recordar mis responsabilidades y todas aquellas funciones que me alejaban de la niñez. Sí, efectivamente, mi día empezó con otro panorama: revestido de un kevlar invisible y con un ánimo contagioso. Dicen que lo positivo atrae más cosas positivas –dándole la contra a las leyes del magnetismo-, pero debo decir que eso es relativo: simplemente ocurre que nos quedamos con la óptica de que todo estará bien… y así fue.

Liniers: Otro día más. Empieza otro día más. No sabe si cree en Dios o no. Su trabajo no lo apasiona. Todavía no encontró a la mujer de su vida. Pero se siente bien vivir otro día más.

Liniers: Otro día más. Empieza otro día más. No sabe si cree en Dios o no. Su trabajo no lo apasiona. Todavía no encontró a la mujer de su vida. Pero se siente bien vivir otro día más.

Un desayuno casi escolar me despertó, las noticias en la tele auguraban otro día caluroso. Hasta allí parecía un día más para salir a ‘ganarme los frejoles’ y demostrar de qué estoy hecho. Dicen que todo en esta vida tiene su recompensa pero yo ya había perdido la fe. Me dejé cautivar por todo lo que en la calle llamase mi atención, redescubriendo el mundo, o viendo en él desde los ojos del niño que aún guardo adentro. Un paisaje lleno de colores pastel acompañaba mi recorrido, refrescando mi imaginación entre la sonrisa de una niña en el autobús y la música que en un pasado sirvió para alentarme a luchar. Durante el resto del día, el tiempo pasó sin si quiera rasguñarme, permaneció la sensación de paz conmigo mismo hasta que, tal vez, llegase aquel momento en que todo cambió…

Liniers: Va a la oficina todos los días... pero su mundo de fantasía sigue intacto

Liniers: Va a la oficina todos los días… pero su mundo de fantasía sigue intacto

De regreso a casa mientras cruzaba el centro comercial, no sé hasta ahora porqué decidí voltear a ver fijamente en una sola dirección: hacia donde estabas tú. Casi por instinto, pues mis sentidos no respondían, te reconocí. ¡Eres tú! –Exclamé en mi cabeza mientras todo lo demás se quedaba congelado-. La niña que marcó mi vida a los cinco años y que en ese momento, al frente de mí y convertida ya en una mujer, me robó el aliento como en un hechizo maquiavélico, sin que pudiera moverme, dejándome sometido a la condenada suerte, con miedo de que no pudieses distinguirme nítidamente entre tanta gente como yo sí lo hice. Eras la chica ‘X’, la primera que me besó con la inocencia que solo una niña puede tener. Aquella que se despidió tiernamente en el ’91 haciéndome creer que Estados Unidos (allá donde te fuiste) quedaba a las afueras de Lima –hey, era un pequeñajo y no había Google Earth en ese tiempo, eran años de inocencia y credulidad-. Sin importar que muchos veranos habían pasado, podía sentir que eras tú la misma que jugaba conmigo y coleccionaba los mismos cromos de los ninja turtles. Toda esa ternura volvió en dos milisegundos, aún sin que pudiese moverme. Eras tú, quien marcó mi vida, destinándome a ser el eterno ‘mejor amigo’, la que hizo que mi forma de ser sea siempre la de un niño que solo se muestra como tal a sus seres más queridos, y cuántos de ellos te agradecerían por haber hecho eso. Te acercabas sin si quiera haberme visto, ya casi a un par de metros de mí y podría recordar cada uno de esos segundos teniéndote cada vez más cerca, haciendo que mi corazón estalle como percusión en un concierto. Eras tú, indudablemente, la que dio origen a tanto romanticismo, la de la tarea pendiente, la que no pude encontrar en las redes sociales ni de quien nunca nadie supo decirme qué fue de ti… Cuando por fin me viste, recuperé el control de mí mismo… te encontré… y me desperté

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Acerca de PaoloCesare

Calmo, analítico, consejero, buen compañero, gran amigo (eso dicen, no les crean). Me atrevo a escribir para compartir y aprender con Uds.
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2 respuestas a Reencuentro imaginario

  1. Paula dijo:

    Esta muy buena esa pagina.

  2. Me encantooo soñarla!!!!! bellista entrada mi Paolo!!!Gracias por compartirla!! Un abrazote inmensoo!!!

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