Liniers: Fernando + Belén = Ferbenandolen

En la entrada anterior había idealizado a ‘esa persona’ que me conquistará (como dicen unos colegas del trabajo: «no hay que perder la fe»). Tras la publicación, recibí algunas respuestas de compasión y otras de ternura de mis amistades más cercanas. La sensibilidad muchas veces nos juega una mala pasada. Y es que no era mi intención mostrarme tan frágil ante una imagen quizás utópica, sino exponer aquella idealización como algo natural, algo que todos hacemos conscientes o sin saberlo.

Siguiendo el patrón, llegaron días en los que la soledad jugaba en mi contra. Una pregunta atrevida calaba cada vez más en mi interior, barrenando mis corazas: ¿Estará esa persona pensando en mí? –sí, ya sé, he visto demasiadas novelas de Televisa, tal vez- ¿También sentirá esta necesidad, esta carencia, la falta complementaria o el simple aburrimiento? O, quizás esté acompañada con un gran vacío al medio sin saberlo –hasta aquí, mi similitud con Ted Mosby de How I met your Mother-. De pronto, una inocente duda me hizo pensar que tal vez ya la conocía. De ser así: ¿estamos perdiendo el tiempo? Entonces, un rayo de luz llegó a mí desde muy lejos, camuflado en las sabias palabras de una amiga angelical:

Acción Poética Colombia – La Vida es como montar bicicleta. Si quieres mantener el equilibrio tienes que seguir avanzando

Y tenía razón, la única forma de averiguarlo es seguir pedaleando. Ni buscarla ni esperarla, ni mucho menos fantasearla. Será increíble o, simplemente, será. Todo lo que tenga que ser, será en ese tiempo, ahora no. Y, si ya cerré heridas, solo toca seguir aprendiendo y mejorando hasta que llegue ‘el momento’, ese que nos sorprende a todos. Las preguntas correctas a partir de ahora serán: ¿qué quiero para mí? ¿A dónde voy a ir? ¿Cuáles son mis sueños? Teniendo las respuestas, o en el camino, la vida se hará interesante y no habrá interferencia, ya no más. Y así, la única sorpresa solo será de esa ‘aventurera’, de la vida paralela que en el infinito se intersectará con la mía.

Liniers: En el medio de esos dos… las montañas. Menos mal ella no tiene vértigo

Conclusión:

Esta será la última vez que hable de mi futuro sentimental pues especular puede ser perjudicial. Más allá de las expectativas, siento que el problema con esto es el anhelo de esa figura aterrizando pronto en mi vida, en un estado de alerta verde. Toca ir para adelante, definiendo cada paso sin ser egoísta. Se trata simplemente de la vida de uno mismo, una etapa que muchos postergamos por responsabilidades o por temor a asumir decisiones erradas. Y, es en esta transición -no pasa nada si no es así- en la que llegará una mujer capaz de ganar la guerra con el revoloteo de sus pestañas, con una ilusión resonante con la mía, y en cuyo interior mantenga guardada una ilusión equilibrada a la mía, que rece algo así: ♫ Que en sus brazos me sienta una niña pequeña. Sonría, me mienta y se trague mis penas. Que sacuda mi cama como un animal y que por la mañana me de un poco más. Que no sea muy malo, que no sea muy bueno… y si me hace regalos, que no le cuesten dinero. Alguien que cuide de mí, que quiera matarme y se mate por mí…