No doy lo suficiente como para que me consideres pero estoy dispuesto a dar más
No tengo lo que necesitas, ni si quiera logro entenderlo: pero quiero alcanzarlo
Por favor, abre los ojos, no vives en un cuento pero te juro que serás siempre mi princesa

Liniers: Ahí va el oso hormiguero. Ahí va la hormiga. Se encuentran. «Te traje flores, Silvia». «Ya te dije, Ramón. Lo nuestro es imposible»
¿Cuántas veces ha pasado que la primera impresión impide desarrollar, si quiera, interés en alguien? El desprecio y rechazo por un tema físico siempre ha existido, incluso desde pequeños (aunque sin malicia). Son esos prejuicios los que hacen que uno crezca a la defensiva, que no desarrolle esa confianza en sí mismo por temor al rechazo constante. Como si la figura y la estética hubieran sido opción de uno, sin embargo, tenemos que cargar con ellas. Y soñar despiertos con darle la vuelta a la tortilla, convertir ese ‘patito feo’ en un ‘cisne pomposo’, capaz de obtener la atención de quien está cerca. No obstante, algunos pensarán en cirugías, otros en el dinero y el poder ¿por qué no cambiar, simplemente, la actitud?
Hoy, que estamos expuestos a tantas cámaras, a tantos ojos a través de las redes sociales y a tanta competitividad, parece ser que tanta preocupación por ‘cómo nos ven’ y ‘con quién nos ven’ nos ha hecho un tanto idiotas. Y más aún, en una era en la cual las satisfacciones tienen indicadores, olvidamos con facilidad que la mejor medición de la felicidad es la cantidad de veces que sonreímos con una persona, sin importar si está a nuestro lado. Esa alegría, sumada a la lealtad, e, incluso, la atracción por la inteligencia, seriedad o alguna virtud que nos parezca atractiva, o los detalles o la simple compañía otorgada: ¿no es todo eso suficiente?
Algunas personas viven esperando el paquete completo, la idealización hecha carne y hueso, el mesías, el atlante, y no sé qué más. Un miura en la cama, un romántico empedernido. Un gran «besador», un objeto «abrazable». Todo ello de acuerdo a sus estándares de cariño y de deseo. Y claro, están en su justo derecho. Lo que digo no es que dejen de pensar que encontrarán a alguien así. Mas bien, es que hagan de esa persona que está tan próxima –el 90%–, ese ser semi-divino, sin restarle su esencia. Tal vez por ello, en EE.UU. las páginas de citas y chats hayan resultado tan exitosos, pues personalizaban, según los intereses del registrado, los ‘perfect matches’ que coincidían en todo en cuanto habíamos requerido. Nuevamente, el humano arruinándolo todo con la búsqueda del confort.

akifrases.com – Andy Warhol: «La gente debe enamorarse con los ojos cerrados. Sólo cierra los ojos. No veas, y será mágico.»
Entonces cierra los ojos y enamórate no de un cuerpo, sino de quien daría todo por hacerte feliz. Si tienes suerte, será tu 100%, entonces cuídale y crece con él. Pero si aún no llega, entonces no te oxides en la soledad. Rodéate, presta atención, y dale la oportunidad a quienes menos crees. Aprende con cada persona, sus deseos e intenciones, sus sentimientos y temores. Tal vez te identifiques, tal vez no te interese y lo debas descartar. Pero con cada oportunidad habrás ganado algo: discernir en lo que realmente necesitas para ti y cómo es que lo puedes construir y no simplemente obtener sin esfuerzos. Cierra los ojos, quizás allí se encuentre alguien a quien rechazaste o descartaste. Es probable que ya no lo estés viendo con los mismos ojos de antes. ¿Quieres probar?
Conclusión
El rechazo es una experiencia dolorosa, pero cala más cuando no existen mayores razones que las exógenas. Por el color de piel, la edad o el aspecto físico aún te pueden cerrar las puertas. La estupidez de ‘Reservarse el derecho de Admisión’ es la hipocresía que algunos conservan en sus corazones, negándose a querer ciegamente. «No eres lo que busco», fácil de decirlo, difícil de tragárselo. Pero si te ahogas en tu venenosa soledad, solo ♫cierra tus ojos y piensa en alguien que admiras físicamente… y déjame besarte
Me encanta lo que has escrito hoy Paolo.
Deberíamos mirar más con el corazón y con lo que nos brinda cada persona,
La imagen está sobrevalorada, pasado el tiempo se nos empaña y que nos queda? la verdad de cada uno, la esencia que guarda en su interior…eso no entiende de estetica, pero sí de belleza. Una belleza pura, simple, natural…….lo que llena nuestros días.
Así deberíamos valorarnos, nos iría mucho mejor.
Un beso.
Muchas gracias Mukali. Definitivamente lo que dices es muy cierto, tenemos que ver con todos los sentidos, no solo con la vista. Un abrazo y muchas gracias por el comment y la visita 🙂
Te llevo conmigo … con tu permiso
Verdad
Ojalá a veces no fuera verdad. Saludos.