¿Cómo puedes pasar del típico final de llantos, reclamos y hasta de separación de bienes? ¿Es que acaso no fue real o sincero, solo un juego pasajero? No sufriré más de la cuenta. Si es que llegó el fin, es porque habrá otro comienzo. Me despido de ti, quédate en silencio.

un-rato-de-poesia.tumblr.com Nunca le dije adiós. Sencillamente, existió un sentimiento de despedida
Monsieur Periné, banda de género peculiar llamado ‘suin a la colombiana’ toca este ácido tema de una manera elegante pero, sobre todo, con ese sabor tan pegajoso y escurridizo que descuadra la toma típica de una ruptura ¿Podría verse el final de una relación como una celebración, por ser el inicio de algo desconocido? Esta banda apela a los sentidos para transmitir, con dinamismo, que hasta las penas podrían celebrarse. Acá les dejo mi humilde y –tal vez- torpe traducción, esperando que algún franco-parlante me ayude a entender mejor esta canción.
La pluie mouille la rue poilue J’ai mis mon pullover marron J’ai décroché le téléphone pendant que tu criais son nom C’était le fin de notre historie J’e m’échappais du cauchemar, de la torture de tes marrant regardes, De ton silence, de toi |
La lluvia moja la calle peluda Me puse mi chompa marrón. Descolgué el teléfono mientras que tú gritabas su nombre Ese era el final de nuestra historia: Me escapé de la pesadilla, de la tortura de tus curiosas miradas, de tu silencio, de ti. |
Porque cuando toca el final, hasta los detalles mínimos parecen resonar para el recuerdo. A veces queremos afrontar el daño alimentando la discusión, alargando la agonía de una relación que parece no tener sentido de ser. A veces con espada en la mano nos aventuramos, pero, también, hay quienes se refugian en el escape y la desaparición, el refugio del silencio y la libre opción a no decir nada más, ni si quiera adiós.
Aujourd’hui tu veux rire Et pourtant je t’oublie |
hoy tú quieres reír, y, sin embargo, yo me olvido de ti |
Y es que en una relación siempre existe uno que lleva la batuta, pero ese no siempre es el que, al final, da el primer paso para el olvido. A veces no basta con querer ser feliz, a veces falta tener la convicción en uno mismo de querer dejar atrás eso que nos entristece, eso que nos hace dejar de ser nosotros mismos. Allí es cuando el adiós se justifica, cualquiera sea el medio.
Tu m’as promis l’amour éternel Une autre fois je souffrirai Tu m’as promis la lune, le soleil Une autre fois je souffrirai Et oui, je souffrirai |
Tú me prometiste el amor eterno, otra vez volveré a sufrir. Tú me prometiste la luna, el sol… otra vez volveré a sufrir. Y sí, yo sufriré |
Pero la firmeza no significa que no podamos tener momentos de debilidad, y más si existen espacios de debilidad. Hasta el simple tiempo que pasamos en el transporte público puede ser una tortura si en nuestros pensamientos imperan esos recuerdos de algo que no se cumplió. Y tal vez prometimos, y tal vez volveremos a prometer así como a nosotros nos hicieron creer. Porque, tal vez, al final, después de tantos intentos, ya no habrá quien nos haga sufrir.
Propuesta interesante la celebración de una ruptura amorosa. Y ea que en algunas relaciones la «identidad» de cada uno se pierde, como un acuerdo para el bien común, vamos dejando de lado actividades y gustos que nos definen como únicos…
¿Por qué no celebrar el regreso de esos momentos inspiradores, de crecimiento personal?
Yo sí lo he celebrado. El volver a ser yo despues de decir «Hasta aquí»..
Y volver a ser tú misma, estoy seguro, valió más que cualquier otro encuentro. Tienes toda la razón. Lo más importante de un adiós es el asimilar el ‘yo’ después de ti. Si el resultado es enriquecedor, enhorabuena. Un abrazo y gracias por tu comentario.