HJ-story.com – El amor es… 1+1

Estaba equilibrada mi vida, entre un nuevo lugar para crecer, la buena compañía en una actividad social incesante, y la reconciliación de un pasado y un presente que no lograban entenderse. Estaba la idea de encontrarte, porque ya estaba listo –o eso sentía-. Y tenía mil planes que empezaban a esbozarse en cada sueño despierto en el que se concretaban tu acercamiento y mi entrega. Todo un romance imaginario, al parecer, con movimientos programados sin jaque a la vista. Una locura de un iluso que, sin saber que con su sensibilidad atraería las miradas de alguien más, pondría en riesgo lo avanzado.

Una noche, una salida más de amigos, sin mayor expectativa que repetir la confianza y la buena química que en conversaciones de horas se habían dado. Ella deslumbrante, yo consecuente. Mi imaginación aún dormida mientras que los instintos empezaban a despertar. Risas, acercamientos. No se asomaban culpables ni testigos. Su aroma me empezaba a embriagar más que el vino, haciendo que deje de lado la construcción antes mencionada; y así, empezar como un primate lleno de instinto animal, una sesión extensa de pasión. Un beso que derivó en caricias aleatorias, la historia de siempre con un distinto ingrediente, el típico de los avezados piratas: esto no significa nada. Y es que decirlo así puede ser injusto, porque llegar a un punto de sexo descontrolado implica, al menos, un gusto puntual, una atracción, una curiosidad por saciar… ¿Acaso esto mancillaría esa amistad? ¿Acaso eso disminuiría la ilusión por la historia que estaba por comenzar?

Pensamientos opuestos quedaron tras esa noche. Para ella fue una oportunidad de conocer más a un amigo en disposición, una noche de placer tras muchas de confianza y previa seducción, y –según confesó- con un sabor extraño de nostalgia por un exnovio… ¿Lo habrá superado? Para mí quedó la sensación de haber sido infiel de manera ficticia a una alucinación mía, de haber sido capaz de hacerle el amor en abandono de una pareja que no tenía ¿Podría perdonarme por eso? ¿Acaso estuvo mal?

Edel Juárez – Todo lo que alguna vez – “Yo ya era así antes de que tú llegaras, caminaba por las mismas calles y comía las mismas cosas. Incluso antes de que llegaras yo ya vivía enamorado de ti y a veces, no pocas, te extrañaba como si supiera que me hacías falta…”

Conclusión:

Según el caso, entregarse a quien se quiera y en plena confianza con esa persona no tiene nada de malo mientras ambos lo tengan claro. Lo difícil suele ser sincerarse tras lo que el deseo se desarrolló y limitarlo o condicionarlo para repetir el plato o evadirlo. Recordar a un ex haciéndolo con otro por cualquier motivo sí es un mal indicador, mientras que sentirse mal por una infidelidad tácita es irreal. Cuando ambos recién se conozcan será momento de aceptarse con ese statu quo, lo que no quita que haya que ser responsables con sus propios actos. Entonces, cada decisión, cada beso extraño, caricia o abrazo, serán solo para uno, como un entrenamiento o, quizás, como un primer paso para construir, en una persona conocida, la persona ideal. ♫La vida pudo haber sido muy diferente, pero entonces, algo cambió…