Eran tiempos de monotonía, nada parecía lo suficientemente atractivo o convincente como para sacar los pies de la cama y salir. Una cierta exigencia camuflaba la voluntad de quedarse conforme con la soledad que protegía a un corazón cansado de decepciones, de abandonos y de una injusta descompensación entre lo que se entrega y lo que se recibe. El enclaustrarse por salud mental ante tanta incomprensión parecía ser el camino hacia la supervivencia. Sin embargo, tras una seguidilla de indecisiones y conflictos internos -esas cosas que nos pasan a cualquiera- aparecieron las razones para huir de todo lo que parecía maligno: el estrés laboral, la nostalgia recurrente, los reencuentros desabridos, las personas que no sumaban, el paso implacable del tiempo y sus secuelas. Entonces, algo, inesperado e incierto, tenía que pasar. Decisión y no casualidad, paso a paso, buscando la oportunidad.
Ponerse de acuerdo con ‘el destino’ es simplemente abrir la mente y no poner peros ni suposiciones. Es echarse a la aventura y, como en un viaje, hacer el recorrido sin mapas, con instinto puro y mucha disposición. Es dejar atrás a los fantasmas, los prejuicios, a la presión de los deadlines (propios y ajenos), las vergüenzas y las carencias. Es echarse al ruedo, hacer lo que nos provoque, con elegancia o ferocidad, y encontrarnos felices en ello. Es aprender a reírnos de nosotros mismos, el llegar a casa con una sonrisa, el contagiar la buena onda. Es ver la esperanza en los pequeños logros y celebrarlos al reencontrarse con los que nos acompañaron. Y así, con esa nueva forma de caminar, descubrir nuevos personajes que nos aporten una nueva forma de vernos a nosotros mismos, como gigantes. Sumando todo ello, el resultado no podría ser negativo, habremos empezado entonces la revolución.
Y quizás, luego de una de esas salidas improvisadas, llegues a casa alegre y sin saber entenderlo, y empiece el bendito delirio…
Me gustas como el cielo de Lima en un día soleado, así de sorprendente. Como para caminar por Barranco y que nos caiga la noche, como para mirar a la Luna sonriente y que ésta se ponga celosa de ti, y nos deje a solas. Me gustas como para salir a bailar aunque apenas me mueva torpemente, solo por verte sonreír. Me gustas así, despeinada, al natural, libre, comprensiva y sin demandas. Cuando te apareces en mis sueños y de pronto me haces caer en cuenta de que no estaba soñando, y que para soñar basta con creerse capaz de comerse el mundo. Me gustas cuando revuelves todo como una niña traviesa, cuando te tomas atribuciones porque sabes que no tendrás peros. Cuando te engríes y «sin pedir nada», con una mirada, sabes que te daré todo. Cuando no pones excusas, cuando tu palabra es suficiente. Me gustas a la distancia, a veces intangible, en pensamientos y recuerdos vencidos por un ‘tonto, acá estoy’. Y hasta enojada, me gustas, con ese enfado tan atractivo que hace que te ayude sin que sepas nada, orgullosa. Me gustas porque descubrí en ti que no existe el 100% de compatibilidad, solo demasiada creatividad para convivir con quien uno, convencido, ama sin entender por qué.

Jaime Sabines – Te quiero como para invitarte a pisar hojas secas una de estas tardes. Te quiero como para salir a caminar, hablar del amor, mientras pateamos piedritas. Te quiero como para volvernos chinos de risa, ebrios de nada y pasear sin prisa las calles. Te quiero como para ir contigo a los lugares que más frecuento, y contarte que es ahí donde me siento a pensar en ti. Te quiero como para escuchar tu risa toda la noche. Te quiero como para no dejarte ir jamás. Te quiero como se quiere a ciertos amores, a la antigua, con el alma y sin mirar atrás.
Conclusión
Como el dulcecito limeño de antaño, la revolución de las pequeñas cosas tenía que tener una abanderada. No parece nada sencillo volver al mercado sentimental, sobre todo cuando los años pasan y la soledad sedimenta. Cuando los roles nos secuestran y la felicidad deja de estar en función de nosotros mismos para atribuirla a otras cosas. Pero es curioso que mientras más lo planeabas, menos planes salían bien (gracias a las Leyes de Murphy). Todos necesitamos una revolución caliente, dulce, al paso, sencilla. El principio del cambio y el cambio de los principios, para así terminar aceptando que todo cambió ♫ y ahora me gustas tú…
Ohhoo definitivamente es hermoso escribir de está forma, con cada parte que conforma nuestro ser…y más hermoso que ello es saber quetras de.todo inclusive de las personas o cosas que nos inspiran hayalgo más allá que lo logra….es el más bello sentimiento que nos invita a emocionarse a vivirlo, a pensarlo, a escribirlo y ha realizarlo en el más grande logró con respecto a estas hermosas letras cargadas de lo que realmente es vivir ….existir…
Gracias, porque es verdad, es bonito escribir de esta forma, sabiendo que existe alguien que lo lee y se identifica hasta en cada coma. Es bonito lograr tender ese puente, a la distancia, a ciegas, y tener como resultado un comentario que derrumbe ese ‘nadie nos entiende’, aunque parezca locura, sea parte de lo que llamaremos ‘sentir el amor’. 🙂 Un abrazo.
Muy bello, felicidades.
Gracias! y gracias por darte un salto a este espacio. Tu blog es muy interesante e intenso.
Este si, que me gusto
Creo q era justo lo que necesitaba, que me dijeran…
Gracias amiga mía (#FriendZoneRevenge) Un abrazo, este lugar es para ti, para cuando lo necesites.
Hola! Te he nominado al Premio Dardos. Para seguir con la nominación tienes que seguir 3 pasos:
http://mil983.wordpress.com/2014/09/18/premio-dardos-d/
Gracias por escribir!
Tesa (Perú)
Gracias Tesa, nos estamos leyendo. Un gusto tenerte por acá 🙂
🙂
Felicitaciones por el sitio! …te he nominado para el Premio Dardos: http://ensayosypoemas.wordpress.com/2014/09/20/de-nominaciones-e-inmerecimientos/
Muchisimas gracias y enhorabuena por tu espacio, buenísimo.
Hola,
Te he nominado para el «Wonderful Award», creo que es una manera muy adecuada de promocionar nuestros blogs. Un saludo
http://automatismosdiarios.com/2014/09/21/wonderful-award-sildv/
Gracias Toto, y espero que los puentes sigan. Un abrazo. Pablo.
Que geniales esos versos del principio.
Yo también escribo versos a veces. Tengo 17 años, me gusta componer y me gustaría dar a conocer mi música y mis letras.
Espero que os guste.
hola Saul, muchas gracias por tu visita, Buena letra la de tu tema, me ha gustado. Y la tonada acompañaría muy bien cualquier tema de nostalgia que suelo poner por acá. Un abrazo y sigue explotando tu talento. Pablo.