Liniers – El esperador es un tipo muy paciente.

Al principio era imposible no ver copos de ella en ti, y aunque me parecía injusto, era tu luz la que iba venciendo su sombra. Podía sentir como, sin habértelo propuesto, desterrabas cada evidencia de tristeza en mi camino. Parecía que me llevabas por un rumbo conocido, con sinceridad e ilusión, con un realismo mágico que confundiría hasta al más pesimista. Pero fue tu propia forma de ser la que me hizo valorarte por ti misma, por todo lo que hacías y me dabas. Ese fue el verdadero inicio de todo, la capitulación de un pasado místico y la ilusión del presente ‘sin peros’. Lo demás, simplemente, era cuestión de esperar.

Liniers – El esperador: –Puf… me cansé de esperar parado. – Listo. Ya descansé.

Por supuesto, esperar no es fácil para ninguno. Por un lado, tenemos a quien está listo y con ganas de empezar la revolución, a quien ya puede canjear su presente por maravillas y sorpresas, y afirma no tener límites para una entrega tan dulce como el suspiro a la limeña. Sí, así, exageradamente empalagoso. Y en el otro lado se encuentra la incertidumbre, la página a medias, el pasado pesado y sus derivados de nostalgia. El proceso que requiere pausa y que -siendo consciente del cambio- solicita su propio espacio. Ambos son bañados por la misma ilusión y lo asimilan según cada experiencia. El peso de la madurez y la curiosidad empiezan a jugar el rol importante en este nuevo papel. A pesar de las distancias, sus tiempos y sus ganas hoy se sincronizan y pueden superarlo todo, si tan solo se ponen de acuerdo. Más que casualidad, más que el destino. Al parecer, la felicidad llegó sin previo aviso.

Si uno lo mira desde afuera, el tiempo en un principio va a ayudar a que el intercambio de puntos de vista sea positivo y que los múltiples encuentros sean oportunidades para crecer en pareja. Si hubiera desencanto, pues ese es el momento de marcar el final. Correr no significa llegar más rápido, también puede implicar el no disfrutar de la magia y la ilusión de dos mundos que empiezan a mostrarse como son. Y del pasado quedarán vestigios, y del futuro quedarán planos viejos. Pero en el presente, hoy por hoy, solo existen globos en el cielo y una ilusión por reinventarse y ser mejor. ¿Qué dices?

Gregory Frank Harris – ¿Y si nos damos un tiempo? Por ejemplo, tú me das tu presente y yo te doy mi futuro ¿Qué te parece?

Conclusión

Como decía Barney Stinson en ‘How I Met Your Mother’: «Legen -wait-for-it- dary». Casi siempre lo legendario amerita tener espera, una etapa de preparación y hasta de fortalecimiento. Y hay que saber esperar, sin presiones ni emociones desencadenadas, sin cantar victoria para no quedarse en outside ni tampoco deprimirse por el silencio que más bien podría estar jugando a nuestro favor. Un momento, una pausa, un tiempo para soñar y correr riesgos, para aceptar cualquiera de las posibilidades: ♫Me asombras como un sueño que se hizo realidad y me lastimas como un sueño del que voy a despertar