Solo quedaba el vacío tras tu partida. Pedazos de mí, nada de ti.
Oscuridad, dolor, remordimientos, un asalto de sentimientos.
No tuvimos más alternativa que hacer las maletas y partir.
Ser como extraños en un mundo aburrido sin ‘nosotros’.
Empieza cada noche, tu recuerdo, tu voz, tu adiós…
Cuando terminamos una relación es común tener un espacio de cuestionamiento, en el que parece que podemos caer en el arrepentimiento no solo de aquellas cosas que hicieron que ‘lo nuestro’ acabe, sino también podemos ceder sobre la decisión de la distancia, faltando a nuestra palabra de empezar una nueva vida ‘sin ti’. ¿Cómo dejar ir aquel amor que nos hizo tan grandes? ¿Cómo olvidar aquella historia qué podía medirse en años pero que tiene más enseñanzas que cualquier libro? ¿Para qué tanto esfuerzo, tanta demostración de lucha contra todos los que se oponían a esa felicidad? ¿Por qué dejar que gane lo adverso?
El adiós que se niega a ser un hasta pronto, la última sonrisa que quiere ser la penúltima, los recuerdos vivos que asaltan nuestra cabeza en soledad. Esas pequeñas cosas que detienen nuestro avance, que nos impiden dejar ir a ese nuestro primer gran amor. Cuando hemos acordado que la felicidad de ambos ya no está en el ‘nosotros’ sino en la suma de nuestros pequeños logros por separado, cuando hemos sido testigos de que hay alguien más que puede hacer que su mundo parezca mejor. Dejar ir, es también un golpe al orgullo, una lección de humildad que nos permita saber que hay alguien más, allí afuera, dispuesto a amarle y a darle de justo modo lo que nosotros no pudimos hacer. Amar es también dejar ir.
¿Premio consuelo? ¿Conformismo? No se trata de verlo negativamente. El cambio en nosotros tras una separación empieza con la óptica, con esa manera de ver las cosas. Como mostramos apertura a los nuevos retos, a rearmar el camino hacia nuestra felicidad, la personal, buscando donde no nos atrevimos antes. No es ser egoísta si mantenemos la consigna de que esa otra persona también está buscando lo mismo y no necesita que le interrumpamos en su labor. Después de todo, incluso si el amor nos invadiera nuevamente, este no sabrá de heridas, sino de logros y aprendizajes.

Dulce Mary – Y cuando yo no esté: Necesito que alguien le diga que vale la pena, que él puede lograr todo lo que se proponga, que sus complejos son bonitos, que todas las noches le abrigue (para evitar resfríos y que duerma bien), que le cuide cuando se enferme, que le haga reír cuando esté triste, que lo llene de besos y abrazos, que le dé motivos para continuar enamorado siempre, pero sobre todo, alguien que lo ame de verdad, así como yo lo haría.
Conclusión:
Si eres capaz de ver tu pasado y encontrar en él a esa primera persona a la que te negaste a dejar ir, esa que formó tu concepto de entrega y tu más profundo arrepentimiento. Si eres capaz de reconocer tanto amor, tanto bien que te hizo dejando de lado todas esas heridas que la inexperiencia y la inmadurez les hicieron. Si eres sincero contigo mismo y puedes afirmar que esa maravilla -que no volverá- ha dejado al menos una gran secuela: tu verdadero yo listo para amar. Aceptemos entonces que más allá de la partida existe la esperanza de que algún día podamos decirle, aunque sea en sueños, aunque sea tarde: ♫ tu precioso amor significa todo en el mundo para mí y estoy desesperado, ahora, simplemente por tenerte aquí, a mi lado, ahora…
No sabes cómo me abrazan como lectora tus palabras, efectivamente creo que si fue un amor verdadero tuvo que tener un impacto en la vida, así como yo lo he vivido un antes y un después de amar verdaderamente y aunque todo quedara en el alma, este amor siempre lo estará aun si hubiera otro amor…aun falta mucho por conocer en cuanto a el impacto y cosecha de este amor en nuestras vidas después de tener esa luz intensa dentro, en mi caso Paolo te cuento que solo el tiempo dirá si tendré una nueva oportunidad de amar y tal como lo dices tú, si eso es así este amor habrá sido el gran maestro para dar lo que no se dio y ser mejor en el amor, yo en este momento creo que tal vez tendré muchos amigos, compartiré, creceré y alcanzare mis metas como persona y como mujer, pero no siento que pueda amar como yo lo ame a él…. tu entrada es maravillosa tocó cada fibra de mi alma y mi ser…gracias por cada letra, cada palabra, cada pensamiento y sentimiento que expresas, te deseo un muy feliz día!
Pues el tiempo y tu determinación harán posible que vuelvas a entregar tu noble corazón. En mi caso, yo he ido curandolo con viajes y experiencias nuevas, pero jamas podre borrar heridas ni recuerdos, solo exhibire a esa nueva persona todo lo que fui y todo lo que estoy dispuesto a dar. Me alegra como siempre llegar a ti, espero pueda mantener ese vínculo. Un abrazo y muchas gracias!
♪♪♪Our love will grow wider, deeper than any sea♪♪♪
♪♪♪ And all the things in the world, in this whole wide world ♪♪♪
«Amar es también dejar ir», es difícil de entender y aceptar, cuando lo haces entonces ya eres ese «alguien que ama de verdad». Me gusta mucho tu blog.
Gracias, espero más entradas tuyas y muchos éxitos con tu blog! Me gusta lo que transmites. Un abrazo
Dejar ir, o… partir tras ella.
dejar ir, y entender que ella ya no brilla como antes conmigo, ahora brillará más por su cuenta, incluso en soledad.
Hola, te he nominado al premio liebster. Puedes pasar por mi blog para saber que hacer! Espero que te haga tanta ilusión como a mi. 🙂 http://www.iamemealcubo.com
Claro que sí, el hecho de que me visiten ya es algo importante para mí, muchísimas gracias y pásate por aquí cuando gustes. Un abrazo. Pablo.
A veces intento mirar por encima esos dolores… como si una yo del futuro regresara para decirme que todo pasa, que es tan relativo…
y pues ojalá y esa yo del futuro fuera confiable, pasa que hasta puede ser verdad que se nos cruce y nosotros ni le prestamos importancia: un loco más con palabras bonitas y reutilizadas.