Breakpoint

¿Dónde termina el final? ¿Cuándo acaba el luto?
¿Dónde empieza mi camino? ¿Cuándo inicia mi momento?
¿Cómo sentirse preparado si aún existe el miedo del pasado?
¿Cómo dejarse llevar si ya nada nos completa al cien por ciento?

José Villa - No te preocupes, yo te puedo esperar hasta que me enamore de nuevo

José Villa – No te preocupes, yo te puedo esperar hasta que me enamore de nuevo

Cuando vamos por la vida prestándole atención a todas aquellas vivencias que nos marcaron, nos damos cuenta de que todas tienen una tendencia, un camino similar. Uno de los momentos que suele ser crítico es el intervalo de cambio, el punto de inflexión. Gradualmente, cada uno de estos puntos en nuestras vidas va haciéndose más trascendental. Sin embargo, pese a ser tan importante, pocas veces parecemos darle importancia. El fin de algo suele ser el principio de una etapa nueva. Ya sea para la parte profesional, para la social, como para la sentimental. Toca prepararse o simplemente adaptarse, cuando el cambio nos obliga a volar y a entender que ya fue suficiente, que tenemos que madurar sin saber cómo, o simplemente asimilar que lo que ocurría ya no sucederá más.

La parte más bonita contra la parte más triste: Ese contraste tan inverosímil. Allí, en el punto medio, entre la duda de si avanzar o contenerse. ¿Acaso se debe esperar o solo vivir el momento? Empezar a sentir ya no parece tan atractivo cuando llevamos un muerto a cuestas, ese corazón que agonizaba y que exigía un minuto de silencio. Entonces, la conciencia nos dice que sería prudente olvidar pero luego el reloj nos recuerda que esa persona que nos gusta se va a cansar de esperar. Problemas de desfase, culpables sin sentencia. Víctimas penitentes que cargan cruces ajenas, injustamente. El pasado descarado que se convierte en paralelo, el presente ingenuo que nos deja volar en libertad y un futuro incierto que derrumba las esperanzas. Sin duda alguna, un punto de quiebre que nos deja fuera de lugar, perdidos quizás en nuestro peor enemigo: la soledad.

Dicen que un clavo saca otro clavo, dicen que todos los hombres somos iguales. Dicen que hay que darle tiempo al tiempo, dicen que solo hay que saber esperar. Muchas cosas se dicen tras una ruptura, entre amateurs y especialistas del tema, pero el secreto está en que cada uno debe emprender su propia resolución, su aventura particular sobre cómo salir adelante. Sopesando así entre aquello que ya no tiene más remedio y solo toca despedir con eso que hoy nos alimenta una ilusión, aunque sea, en forma de sonrisa y consentimiento puro. Y si bien es cierto, siempre requerimos un espacio para nosotros, este espacio no tiene que ser excluyente. En función de nuestra propia madurez y discernimiento podremos notar la influencia de un tercero sobre nuestro real estado de superación ante la ruptura que nos lleva. Y, entonces, ¿por qué no? Tal vez abrir la puerta sea un paliativo directo, un santo remedio, un nuevo inicio (sin pensar en el final).

Y, viste como es - Si todos los hombres son iguales, quereme a mí, que ya estoy acá

Y, viste como es – Si todos los hombres son iguales, quereme a mí, que ya estoy acá

Conclusión

Cerrarse en un duelo y no darse la oportunidad de sentir, de explorar y de sanar nuestro corazón herido –así de pronto– por creencias o miedos del pasado, no nos puede conducir francamente a nada bueno. Lo que importa es sanar con urgencia y recuperar ese espacio nuestro, esa libertad, ese ‘porque yo lo valgo’. Y si para ello hay que tener aliados muy distintos a la soledad, pues bienvenidos. Tampoco hay que confundir este pacto con entregarse al mejor postor, esto se trata de tener claro lo que sentimos y lo que queremos lograr, teniendo presente día a día ♫El valor para marcharse, el miedo a llegar (…) Dejarse llevar suena demasiado bien, jugar al azar: Nunca saber dónde puedes terminar o empezar…

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Acerca de PaoloCesare

Calmo, analítico, consejero, buen compañero, gran amigo (eso dicen, no les crean). Me atrevo a escribir para compartir y aprender con Uds.
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11 respuestas a Breakpoint

  1. Genial Paolo, me encanto!!! Estoy de acuerdo con unas cosas…con otras un tanto no mas…
    Creo que como principio de todo este panorama, debemos ver realmente que fue lo que se vivió, que se rompió y que sigue con nosotros…porque debemos diferenciar en gran manera la idea de que no se puede predecir de lo excepcional en base a lo convencional…porque como tu dices cada uno tiene saca su propia resolución e individualmente la experiencia pudo ser tal vez con la misma forma o color, o tal vez no, creo que lo importante es observar desde afuera el paisaje vivido, aprender, apreciar todo, incluyendo cosas que dentro tal vez no veíamos y seguir…cada uno en su esencia, respetando las decisiones y sueños del otro y mas aun si aun hay mucho amor por parte de alguno de los personajes…amigo no creo que todos los hombres sean iguales…como tampoco creo que todas las mujeres lo seamos…sencillamente debemos luchar por dar lo mejor, por amar, pero sobre todo por ser quien somos…por cambiar si así lo queremos…por hacer lo que realmente deseamos…aunque a veces lo que deseamos sea contradictorio ha hacer lo que amamos y somos…pero algo tiene que predominar de todo esto y solo la manera como sentimos nos indicara el destino…si queremos permanecer parados…o igual vamos con lo que mas amamos hacia adelante…lo que amamos depende solamente de nosotros mismos…lo que entregamos, el poder o no hacerlo, si incluye a los demás …Un abrazote amigo Paulo, Amo tus entradas.

  2. ¡¡¡ Muy, muy cierto, profundo y sinsero…oie, ole y ole..!!! Pero lo mas sorprendente que tus entradas coinciden con los momentos cuando necesito precisamente esas palabras que ponen todo en su sitio.¡¡¡ Gracias…me gustas mucho…por tu modo de pensar y todavia más por la manera de escribir…!!! .» El valor para marcharse, el miedo para llegar…. «…bonita cancion…

  3. Si definitivamente nadie imagina que es estar yéndose desde el primer momento prácticamente en que supiste que no era tu lugar… ni tu tiempo…

  4. elenalop dijo:

    Recién descubierto este blog, yo, Elena, me comprometo conmigo misma a no dejar de seguirlo. 😉
    Me ha encantado.

  5. «Quiéreme a mi que ya estoy acá»…, es genial. Tiene razón, no hay que cerrarse nunca. Un abrazo.

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