Tenías el espacio y el tiempo, tenías la cercanía
tenías sus caricias, sus besos, su disposición
tenías lo que quisiste siempre de alguien,
pero… volviste a mí, inexplicablemente.

Ernesto Cardenal – Epigramas – Pero de nosotros dos, tú pierdes más que yo porque yo podré amar a otras como te amaba a ti, pero nadie te amará como te amaba yo
Había pasado el tiempo prudente, habías curado las heridas que nuestro amor te había dejado y tenías todo aquel espacio que solicitaste para sentirte libre. Habías logrado cumplir todos tus objetivos, esos que nos fueron distanciando; y, durante esa transición, conociste a ese que hasta hoy completaría el círculo de aparente felicidad, el complemento perfecto y todo ese blablablá que te encargaste de hacérmelo saber. Y qué podía hacer sino admirarte, como siempre, sin otro deseo excepto el de dejarte ir, como habíamos acordado: El cariño sobre el egoísmo, el amor sobre el rencor. Para mí, hubiera sido mejor el silencio que la presunción, pero ya es tarde, hoy brillas y eso es suficiente.
El acercamiento entre los dos no parecía peligroso, ambos guardábamos solo el recuerdo de lo que pudo haber sido y manteníamos la voluntad de dos que no quieren separarse, como vidas paralelas hasta el infinito, juntas quizás por un simple fenómeno óptico. Por otro lado, la tercera persona y su papel protagónico pasa por momentos a un mero rol de actor de reparto, sobrando en una historia de nostalgia acumulada, injustamente y hasta quizás sin saberlo. No se puede ir en contra de la naturaleza, tarde o temprano esta recupera su lugar. Y así sucede, la confusión del reencuentro, la esperanza de una tímida segunda parte que no es más que una nueva etapa, dos personajes que se conocen pero que no son ya los mismos. Tú y yo, nuevamente, sin mirar atrás.
Te dejaré ser libre y acercarte porque no tengo nada que perder, pero eres tú quien tiene que decidir. No es fácil, como tampoco lo es decirte que no. No hay quizás más víctimas que incluso tú misma, porque en esta posición de elección, existe la gratitud transpuesta por la llama de un fuego que no se extinguió, y todas esas sensaciones que hasta ahora sientes a mi lado y que se alimentan de abrazos y caricias. Toca decidir, si es eclipse solar o lunar, si esta oscilación de tu corazón debe acabar con una de las dos personas, pero, sobre todo, con esta intriga que desgasta y destruye. Y sabes que te dejaré ir, estoy dispuesto, una vez más.

Anónimo – No duele tu ausencia, duele tu intermitencia. No te quedas ni te vas, y no se puede extrañar a quien no se va, ni olvidar a quien se queda
Conclusión
Al dejar ir uno entiende que la felicidad de esa persona ya no está en nuestras manos, que todo lo entregado hasta aquel momento, aunque no fue en vano, no fue suficiente. No era el momento. Y tenemos que ser cautos porque en la vida, pocas veces, pasa que la nostalgia y la determinación de nuestro ex-amor para acercársenos rompen las barreras y nos deja el sabor de una segunda oportunidad, injusta para uno, intensa para nosotros. Y quedará siempre la duda de que tal vez su presente no tiene nada que ver contra nuestro pasado, que nuestra historia es la única historia, pues ♫Aparentemente estas ganas de tocarnos, de sentirnos, de encontrarnos… fue creciendo con los años. Evidentemente si hoy te abrazas a mi es que junto a él no eres feliz.
: No todo el que se va regresa, ni todo el que llega permanece. Los aplausos para ti !!
Muchas gracias, tu lo complementaste perfectamente. Un abrazo!
En realidad nada se sabe…porque inclusive a veces irse, es quedarse para siempre…
Al haberse entregado tanto creo que no queda esa opción de haberse ido del todo, siempre quedará algo de nosotros, como un conjuro, como una bendición tal vez. Un abrazo. Pablo
No se como siempre encuentras las mismas palabras, las que me toquen intensamente, las que me hacen pensar y razonar… las que me permiten identificarme con tus sentimientos!
Gracias Pablo…
Gracias a ti Mario, por alentar así a que siga llegando lejos. Te debo una respuesta, aún mi colega no me responde. Estamos en contacto. Un abrazo.
No, más bien gracias a ti. Y no te preocupes, no estoy en prisa… 🙂 Un abrazo, Mario
No es que me haya gustado….es que me ha encantado! Y las dos citas sobre todo la de Ernesto Cardenal….simplemente geniales. Un besito! Ana
Gracias Ana, me encanta que te haya gustado, un besote 🙂 Pablo.
Simplemente me llega al alma!
Muchas gracias!
Reblogueó esto en Pasaje de Tiempo.