Quise borrar todos esos archivos y carpetas sin poder luego recuperarlos.
Quise renunciar a todo aquello que me dejaste, ilusiones y sueños inconclusos.
Quise detener toda esta agonía con cualquier alegría; pero allí estabas tú,
recordándome cada momento que no habría forma de olvidar lo bien vivido.
Gabriel García Márquez – Recordar es fácil para quien tiene memoria, olvidar es difícil para quien tiene corazón
Esa cualidad tuya de llegar a mí incluso a la distancia seguía aún presente, pese a ya haber terminado nuestra relación, y se había tornado en un imborrable estigma que me hacía caer en cuenta de cuánta falta me hacías, de lo significativo de tu preocupación por cada paso mío, del posible gran error que parecería ser esto de ‘dejarte ir’, de tu forma de ser. Sigues siendo tan encantadora que mi único temor no es estar lejos de ti, sino que no desees acercarte a mí, aunque ya es tiempo de que lo hagas. No será fácil todo lo que se viene, pero tiene que ser así. Prometimos estar juntos pase a lo que pase y así será, este será solo un momento para curarnos y luego, espero, poder estar cerca de ti aunque sea como en un principio: como amigos.
Más allá de los consejos de mis amigos, de los viajes realizados, las terapias con el psicoanalista, las canciones de superación, los deportes de aventura y las apariciones de nuevos personajes que intentan decirme cómo es la vida; solo encuentro promesas rotas en el suelo de mi habitación y retazos de una gran ilusión convirtiéndose en espinas que desgarran la voluntad de querer salir a buscar realmente la paz conmigo mismo. No importa cómo acabó nuestra historia ni mucho menos cómo es que uno de los dos ya se ha superado, lo que ahora me pesa al andar es que miro hacia atrás y veo un ‘para siempre’ destruido. ¿Cómo reconstruir mi castillo si aún sigo creyendo que tu felicidad es primero? Instinto kamikaze, ¡basta ya!
Entonces, no habrá otro remedio excepto seguir intentando, creer en el amor empezando por quererme a mí mismo, valorar los pequeños avances y cada victoria como estímulo, para atraer así más fortaleza, rodeado de gente que pueda ofrecerme su día a día, sin prometer, solo haciendo. Que no me intenten cambiar sino solo mejorar y pulir cada detalle que pueda lastimar a los demás, haciéndomelo saber con dulzura y firmeza, y que me miren a los ojos al hablarme para así sentirme vivo nuevamente. Y con tal protocolo, evitar pensar en lo que ya no está más, respetando el duelo sin cerrar las puertas a la alegría. Solo así, poco a poco, decidido a apostarlo todo de nuevo, llegará ese amor tan esperado, buscado o, coincidentemente, encontrado. Pero llegará…
Anónimo – Yo no quiero un “para siempre” de unos meses, yo quiero un “poco a poco” que nunca acabe
Conclusión
Si llevas meses, quizás años, de haber terminado una relación y aún miras hacia atrás con dolor y lástima. Si llenas tu cabeza de “y si hubiera…” y demás suposiciones que no se cumplirán. Si desfilan en tu cama las más complacientes compañías pero terminas durmiendo solo. Entonces, es momento de reconocer que estamos haciendo algo mal. ¿Cómo se olvida a quien se quiso con todo? Aún mejor: ¿Cómo superar esa ruptura? La respuesta no llega con el tiempo, la respuesta la damos nosotros mismos actuando, creyendo y sintiendo nuestro propio amor. Y que empiecen las preguntas para así salir del agujero: ♫Que alguien me diga cómo se olvida, cómo se arranca para siempre un amor del corazón. Que alguien me ayude, se me hace urgente. Ando buscando entre la gente quien me quite este dolor…
Nadie Nos Entiende 
Creo que hay relaciones tan extremadamente hermosas, en donde solo existen los sentimientos, en donde solo gobierna lo que se siente más que todo el resto de factores que conformen esa relación, hay que mirar bien, porque hay cosas que en realidad son para siempre, hay sentimientos que no se saben cómo o cuando empezaron y mucho menos si terminaron…como siempre, amo como sabes llegar a este momento y espacio con esta fiel lectora tuya, Un abrazooo giganteeee!
Esas son las inolvidables, de las que cuestan dejar atrás y, por más que avanzamos siempre habrá un destello que nos haga voltear. Algún día ya no miraremos con nostalgia sino con alegría, por haber sido parte del big bang, de un corazón dispuesto a dar más 🙂 Un abrazote y gracias a ti.
Hay una cosa que para mí es supremamente primordial, esa es la felicidad del ser amado, solo que no es tan fácil como parece todo…pero por lo menos para mí si es realmente importante aportar, apoyar y ver crecer a esa persona amada, verla feliz, es tan importante para mí el hecho de poder apoyar aun en contra de nuestros propios intereses y egoísmo de tener a esa persona en nuestras vidas…de mi felicidad me encargo yo…pero me importa más que nada su felicidad…se que también yo le he causado malos momentos, pero jamás ha sido mi intensión hacerlo, como comento, no es nada fácil, pero prima su felicidad y estar ahí para ayudarlo en ello…
Ese es el amor que yo busco, en el que yo he creído siempre, desde antes de ella, desde la primera vez que sentí que era un beso de la chica que me gustaba (curiosamente, cuando tenía 5 años). Era así, era darlo todo por verle sonreír. 🙂 Gracias por redondear las ideas.
Es verdad, se da tanto que lamentablemente el otro no lo ve…pero aun así no importa, sigues adelante intentando hacerlo…aún tras el dolor que este cubriendo el ser del otro… aun tras de todo lo que no se imagina ni se sabe…
Buenas noches, te escribo porque me ha encantado tu entrada. Las frases de las dos imágenes realmente son preciosas y muy acertadas. Te sigo.
Muchas gracias, bienvenida y cuando quieras, vuelve 🙂 Un abrazo.
Tienes razón, estas respuestas no llegan con el tiempo. Llegan de uno mismo, a como uno va dándole forma a su vida después de la ruptura y la despedida. Espero que estés bien, te mando un abrazo 🙂
Muchas gracias por pasarte por aquí, es cierto, es darle forma, es volver a formarse 🙂 Un abrazo para ti también 🙂
Me encantan tus escritos! 🙂
Muchas gracias, los tuyos son geniales 🙂 Comparto contigo muchas ideas en común.
Si, eso tambien lo note! 🙂 Saludos! 🙂
«La respuesta no llega con el tiempo», en efecto. Sabidurías que da la vida…
Y a todos nos toca, como cuando aprendimos a manejar bici tras la(s) caída(s) 🙂 Un abrazo.