HJ-story.com – El amor es desvelarse contigo

La parte más hermosa de una relación es cuando nace, cuando el drama puede atontarnos y la ilusión hacernos perder el juicio. Ese momento que queremos congelar para siempre, a su lado, cuando sentimos que todo tenía sentido, hasta el tropiezo. Cuando después de tanta lucha por fin vivimos ese sueño, y además soñamos despiertos con tener más días así, de felicidad, utópica y absurda, pero necesaria. La parte más hermosa, sin duda alguna, es cuando la seducción no distingue edades, heridas ni colores, sino que se deja llevar por el simple afán de un amor que empezó a serlo. Cuando «uno» se convierte en «dos», cuando cambiamos sin darnos cuenta para luego, al ser nuevamente nosotros mismos, podamos sentir que estamos acompañados, y que hay quien nos ‘afecta’ pues nos hace efectos, como una medicina sin prescripción médica.

Vamos por la vida encontrando prospectos, descartando incluso al más mínimo error a aquel que podría ser, al menos, un hacedor de recuerdos. Vamos como cansados de haber elegido antes y no encontrar el billete ganador, como si esta apatía ahora se debiera a la maldita fortuna. Y en realidad todo queda en nosotros. Arriesgarse es abrir los ojos, abrir los sentidos en sí, darnos cuenta que el 100% de compatibilidad lo ponemos nosotros cuando bajamos las barreras de un error, cuando ni si quiera la tan mentada friendzone sugiere un limitante sino un trampolín hacia lo más alto o una escalera compartida que solo se puede subir de a dos.

Carlos Ruiz Zafón – Nada sucede por casualidad, en el fondo las cosas tienen su plan secreto aunque nosotros no lo entendamos

Un día cualquiera te cruzarás con alguien que llame tu atención, una persona con quien hablar de París y cuanto quisieran volver, compartir sobre sus viajes y anécdotas que parecen infinitas, con quien disfrutar de un café por varias horas y seguir sin parar, aunque el express ya se haya enfriado. Alguien con quien apostar y que no importe saber que vas a perder, porque queda la victoria inherente bajo la sutil excusa de volver a verse, de consentirle… Cuando conoces a alguien así, aunque lo niegues, debes estar preparado. Llega la señal, se acerca la luna sonriente para susurrarte bajito mientras duermes: this is la vie en rose….

Conclusión

La excusa perfecta no llega por arte de magia, llega cuando nos rendimos a los sentidos y a ese corazón que intentamos proteger como sea. A veces nos basta un baile, a veces solo una sonrisa. La señal no estará en lo que dice el horóscopo sino en lo que guardan tus propios instintos. Al final, después de todo, todo lo que nos quedará en la vida es ese recuerdo, y más vale haberlo intentado. Un cuento para dos se escribe todos los días, seas protagonista o actor de reparto. Lo importante es que a todos nos toca sentirlo: ♫Cuando me toma en sus brazos y me habla bajito, veo la vida en rosa…