Por una noche más, yo quisiera
toda esa locura que nos hizo hacer maravillas.
Un amor que nadie más entendía,
una adicción que no supimos evitar.
Existe, en las relaciones, todo tipo de costumbres que se arraigan en nosotros y que nos impiden desprendernos fácilmente de aquello que empezó con ese tufillo de ‘para-siempre’. Dentro del amor está la locura, aquella que nos hace salir de nuestra zona de confort y experimentar cada tipo de sensación complementaria, arriesgada y hasta dañina. Lo cierto es que mordemos la manzana con facilidad, la tentación es un camino complicado, sobre todo para los aventureros. Y la pasión y la entrega nos llevan por caminos de adicción cuando sentimos que la entrega es total, cuando la fusión de dos cuerpos es también la suma de dos almas. Nos podemos perder en la mezcla de sensaciones y olvidarnos de las cosas sencillas que alimentan al amor, somos frágiles cuando tenemos las puertas abiertas y la curiosidad a tope.
Y vamos descubriendo en el camino cómo se desarrollan sensaciones únicas, nuevos niveles como en un juego de escaleras y serpientes, en el que subimos con facilidad pero podemos caer con gran pendiente. Un día cualquiera, hasta podemos llegar a sentir lo siguiente:
El erotismo que puedo desprender para ti es aquel que mientras va encendiendo la piel también va derritiendo al corazón. Esta noche me estás llevando a un nuevo lugar contigo, un sitio en donde me atrapas y me liberas solo para que vuelva a ti, a tus besos, a ese encanto que llevas con solo sonreír, el hechizo de tus caricias, el conjuro de tus labios jugando en mi piel, como si marcaras mi destino con tanto cariño y seducción. Esta noche quiero ser lo que tú me dejes ser. Ahora que la locura se ha transformado en algo tan normal, decir ‘te quiero’ me parece corto si no se entiende que esto será ‘para siempre’. Me faltarán días para quererte, eso es algo tan cierto como lo es que ahora me haces falta. No hay nada que desee más que volver a estar a tu lado y que la noche sea eterna, aunque sea solo en sueños.
No hay nada más fuerte que el amor cuando está en sus principios, ese momento en el que avanza e inunda todo sin medirse. Y cuando estamos en disposición y entrega, esa bendita sincronía nos puede llevar a los infiernos más extremos y no percatarnos del peligro. ¿Cuándo dejamos que una voz suave que aparece susurrando pueda cautivarnos y hechizarnos con tanta facilidad? Tal vez sea la sensación divina al estar lejos de todos y vencerlo, sentir la gloria y la inmortalidad, haber llegado por encima de aquellos peros que nos dieron y que esta vez no pudieron con nosotros. Es hacerle el amor al amor, y desnudar el alma en conjunción. Es querer más incluso cuando ya no habrá opción.

De la película «La Elegida», dirigida por Isabel Coixet – «Cuando le haces el amor a una mujer obtienes una venganza sobre todo lo que te ha derrotado en la vida»
Conclusión
La pasión y la magia de una relación en sus principios son capaces de transformar nuestros días con facilidad. Se nota cómo marca nuestro día a día pues vamos alimentando de deseos el camino de a dos. Y torpemente nos alejamos de otras cosas para sentir la invasión de aquella persona capaz de hechizarnos y hacernos sentir que sólo la necesitamos a ella para vivir. Tal vez ese fanatismo inmensurable sea el que transforma la dicha en reproche, haciendo que solo quede en recuerdo todo aquello que fuimos capaces de construir. Debemos marcar las pausas como en una partitura, aunque a veces solo queramos tocar a nuestro ritmo… ♫ La luna en un rincón, te has convertido en mi nación, y yo, eclipsado, soy un faro a pleno sol que envidia a la humanidad si al apagar sus luces se prende mi ansiedad.
El comienzo… Es la mejor etapa, sin duda. Ese sentimiento es como una droga, que cuanto más la consumes, más la necesitas. Al fin y al cabo, las personas somos adictas al amor, a los efectos que produce. Por esa razón, cuando nos quedamos sin ella lo pasamos tan mal, como si tuviéramos mono, incluso algunos llegan a ir a terapia y toman medicación para superar esa sensación tan dolorosa.
Pero, ¿qué seríamos sin pasión? No más que seres inertes y vacíos.
Un abrazo.
De acuerdo, nos distingue justamente la intensidad, la transmisión, el nivel de adicción -que no sea enfermizo-, la capacidad de recordar, de hacernos inmortales. Nos distingue, pero también nos puede lastimar. Amar no es difícil, lo difícil es superar al amor, al que ya pasó, al que dejamos ir. Un abrazo y gracias por comentar.
Ameee toda tu entrada, pero especialmente estas dos partes:
…Ahora que la locura se ha transformado en algo tan normal, decir ‘te quiero’ me parece corto si no se entiende que esto será ‘para siempre’. Me faltarán días para quererte, eso es algo tan cierto como lo es que ahora me haces falta. No hay nada que desee más que volver a estar a tu lado y que la noche sea eterna, aunque sea solo en sueños.
…Es hacerle el amor al amor, y desnudar el alma en conjunción. Es querer más incluso cuando ya no habrá opción.
Un abrazote muy muy muy muy fuerte Paolo!
abrazote recibido y muy muy muy muy guardado 🙂 Te espero pronto con un cafe!
😀 Me robaste una gran sonrisa esta mañana! Claro que lo tomaremos! Ya llegará el momento! otro abrazoooo!!!!!
Hay cosas que jamas deben olvidarse pase lo que pase, porque llevan nuestra vida implícita en ellas y olvidarles es como no haberlas vivido jamas…y me consta que es algo muy triste no sentir nada y olvidar en verdad sin recordar casi nunca lo vivido, lo digo por siete años en los que viví con una persona que en realidad no existen en mi vida, pero una experiencia tan grande como la de amar de verdad, como la de conocernos en nuestro limite mas alto en el amor eso lo cuidaré como un tesoro, porque no habrá una experiencia igual jamas, aunque consiga muchas buenas experiencias….la de un amor así, realmente es algo sublime que merece ser cuidado y guardado para siempre…
A por el recuerdo, que no limite el lienzo que queda por delante sino que lo adorne como una influencia hacia nuevas formas de amar. Que tengas un buen martes!
Pablo.
Igual para ti…una feliz semana!!!! llena de mucha suerte = ( capacidad + casualidad)…Gracias por compartir Paolo!
…. Nos hizo falta tiempo…..
A lo mejor vuelve, y prepárate porque no habrá «pero» esta vez.
Mario Benedetti…nunca he conocido a ningun escritor moderno que defina mejor el amor que él.
u