Cuando sientes que no te quedan fuerzas, que necesitas un cambio.
Cuando sientes que no estás hablando el mismo idioma que los demás.
Cuando sientes que debes estar solo aunque no sepas a dónde ir.
Cuando sientes que para cambiar debes estar en soledad y que solo tú podrás…
Inconformistas con la vida, muchas veces vamos pidiendo más. Incomprendidos por el resto ante nuestra extraña voluntad de querer romper el statu quo de estabilidad. Vivimos tropezándonos y culpándonos, sintiéndonos juzgados por los demás, asediados por el temor claramente innecesario pero que se inmiscuye fuertemente en nuestra personalidad, y que ha sido capaz de hundirnos en la desconfianza y la baja autoestima, reduciendo así cualquier motivación propia y externa. El problema al parecer no estaría en los demás, estaría en uno mismo. Y entonces, apartándonos de todo, emprendemos la cruzada más difícil: luchar contra nuestros propios demonios, esos que acumulamos del pasado y que nos persiguen para recordarnos quienes fuimos.

Anónimo – Y es que uno se empieza a cansar. De los amigos, de las promesas, del amor, de la vida. Y entonces es cuando uno se deja ir, y ya no espera nada.
Vamos poniéndonos hitos, como año nuevo, aniversarios o cumpleaños. Los tomamos como un trampolín para renovar e impulsar nuestros deseos y esperanzas, esas promesas a corto o mediano plazo. Tratamos con ello de derrotar el conformismo anidado en la rutina, luchando así por crecer. Manteniendo encendida la fugaz chispa, la motivación que nos lleva a pensar cuánto realmente valemos. Sin embargo, lo cierto es que no necesitamos una fecha en particular para eso, solo la convicción de que realmente lo necesitamos hacer. ¿Cuántas «dietas» habrán empezado y acabado los lunes? La buena voluntad es aquella que no flojea, la contagiosa, la que te arrastra porque la tiene clara.
¿Cómo puedo hacer feliz a alguien si por dentro yo no lo soy? Si adentro aún hay conflictos, si en casa no encuentras paz. Si lo que haces ya no te apasiona, si lo que quieres es volar de allí. Incluso si a tu lado está la persona más comprensible, le será imposible sacarte de ese estado sin la voluntad antes mencionada. Todo está en uno mismo, sea el problema que sea. La confianza será la guía, pero la fuerza de voluntad es nuestra verdadera salida. Para volar no se necesitan alas, sólo el impulso necesario para romper cualquier barrera, lógica y exógena. Si tienes claro lo que quieres, ve por ello. Mientras tanto reflexiona cuánto estás dispuesto a arriesgar por ti. Vale la pena, siempre. Tú lo vales.
Conclusión:
Empezamos un 2016 con deseos, quizás algunas cábalas y 366 oportunidades que son, para algunos, más que suficientes. Celebramos porque es tradición: el comienzo de lo que será el punto de quiebre. Lo cierto es que el primero de enero solemos hacer de todo excepto pensar en realidad cual será nuestro plan maestro, ese que nos hará llegar a nuestra propia felicidad, para salir así del conformismo y calmar esos demonios del pasado. Apenas nos queda alguna idea, sumergida en el alcohol y el baile, luego se va. A todas tus preguntas: ♫las respuestas están en los espejos
Muy acertada tú Publicación mi Pablo, perfecta para esta nueva oportunidad de punto de referencia empezando el año, motivadora, realista y encaminada a que reflexionemos, y claro que valemos mucho y la.felicidad depende sólo de nosotros, muy familiarizada con tú entrada, ya empecé mi plan maestro para luchar por sincronizar el amor, la.disciplina, la.pasión, la concentración de toda mi energía en las cosas que más deseo para mi y para mi entorno…un abrazoteeeee y éxito total para todo lo que desees…tqm!
«Cuando sientes que no te quedan fuerzas, que necesitas un cambio.
Cuando sientes que no estás hablando el mismo idioma que los demás..» cuando lo tengo, a ese estado de animo acudo a tu blog. Feliz año. UN BESO.
Gran reflexión y excelente banda invitada.
Somos arte y parte de nuestros sueños.
Por ahí dicen…