Liniers
–Bajamos, que tengo que ir a trabajar.
–Sí, yo también
–¿Después nos vemos?
–Dale

Tal pareciera que nos hicimos adultos muy pronto, sin darnos cuenta nos hemos llenado de problemas y responsabilidades, y hemos llevado nuestras vidas como en una lotería que no nos asegura nada, esperando a que nos llegue el amor por pura casualidad. Los ciclos en la vida nos fueron haciendo empezar varias veces, teniendo que aprender a confiar una y otra vez pese a las heridas del dolor y del pasado, el cual costó tantas veces dejar ir. Con el tiempo, cada proceso terminó siendo una revelación de todo aquello que buscamos en los demás para alimentar ese amor que descubrimos es el más importante: el amor propio. Y es allí, en medio de ese fortalecimiento personal, que aparece quien nos hace volar y cambia nuestro panorama, adornándola de cariño y alegría. Nos alivia la carga haciéndonos creer que sí podemos, y su confianza en nosotros representa una motivación tan fuerte que empezamos a soñar. Ilusos o moderados, la revolución de las pequeñas cosas ha empezado.

HJ-story.com – El amor es… hablar de todo contigo.

El amor no se escoge, te cae de porrazo. En realidad, te toma por sorpresa. Esa persona, que no te esperabas que apareciera, llega y te sorprende poco a poco. El amor es para los distintos, para los que tienen esa chispa que incendia nuestra imaginación y nuestra fe. Para los que saben hacer reír y también saben acompañar, escuchando atentamente, pues la esperanza les lleva a compartir el tiempo y disfrutar cada encuentro como si fuera el último. Quizás antes no pudimos verlos, parecían ocultos a causa de nuestra ceguera propia, por culpa del encierro y la soledad mal llevada. Pero esas personas existen, en cualquier parte del mundo, dispuestos a creer en una sonrisa y capaces de reinventarse a diario por conseguirla. Parecen incansables ante tal deseo. El amor que tienen es espontáneo y original, y aunque ‘para siempre’ no sea para toda la vida, ellos tendrán la capacidad de hacerlo eterno. Entonces, ¿es momento de arriesgar?

Buscamos la respuesta una noche cualquiera al volver a casa en el silencio de una ciudad que no parece entendernos:

No estamos tan lejos cuando miramos al mismo cielo, cuando reímos de las mismas cosas como dos tontos, y más aún, si con los ojos cerrados podemos sentir ese abrazo tan cálido como lo es el cariño de dos niños que intentaron no crecer y mantenerse intactos en un mundo de heridas y rencores. No estamos muy lejos si se trata de reconocer y descubrir que el mejor momento del día está cuando podemos escapar de todo para estar juntos, al menos unos minutos. El amor empieza desde las pequeñas cosas, desde un saludo tierno o unas carcajadas, desde la provocación hasta la insania, esa que provoca dosificar. El amor está en el aliento incansable, en la esperanza, en esos consejos redundantes, en la libertad. El amor está en creerse los sueños y perseguirlos, en seguir soñando y soñar despiertos. El amor es mi sueño desde que sueño contigo.

Mario Benedetti – «No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños…»

Conclusión

La mejor receta para el amor es aprender a quererse uno mismo, es tener un corazón soñador y abrir las puertas y ventanas para acabar con todo encierro que nos pueda limitar, empezando en nosotros una nueva etapa, una con más intensidad. El amor propio sirve para reconocernos en disposición de entrega, y hacernos recordar que somos capaces de soñar. El amor verdadero no es el de las películas con final feliz, es el que cuesta, el que se narra con pasión. El amor puede ser apenas un efímero sueño. ♫Anoche soñé contigo y no estaba durmiendo. Todo lo contrario, estaba bien despierto…