Avanzas, consciente de tus errores y defectos,
Pero avanzas, porque sabes bien cuál es tu objetivo.
Ya no caes cuando llegan las críticas de quienes intentan camuflar
la sinceridad con la malicia, el realismo con la humillación.
Ya no más…

Jaime Sabines – «En verdad lamento ser tan difícil, esa es la única palabra que encuentro para definirme, difícil en cuanto a mi forma de ser, mi manera de pensar, soy difícil de tratar, de querer, de soportar, créeme, sé que lo soy.»
No fue casualidad el hecho de vernos aquel día, más bien, fue la necesidad de nuestras almas de encontrar a alguien que nos entendiera, aunque solo fuese por unas horas. Y la lucha absurda por retenernos ante la implacable naturaleza de la distancia y las diferencias, aquellas que se ocultan detrás la idealización, la utopía, los juegos y esa criticable pasión por las cosas imposibles. Involucrarnos no fue solo escucharnos mutuamente. Fue también entender lo que había tras bambalinas, convirtiéndonos en cómplices de las historias que nadie más podría escuchar con tanta devoción. De todas esas voces que nos podían rodear, le bajamos el volumen a la nuestra y alzamos a tope las demás, como si sus dueños hubieran podido ver las heridas que nos mostramos al empezar. Y nos perdimos, tontamente, al darle importancia a lo mundano y no a lo que realmente importa de una relación, el sentimiento.
Y cuando todo se turba, llegan las palabras hirientes. Los perdones que no pedimos a tiempo, el orgullo que nos domina intercaladamente, haciéndonos callar o hablar de más, diciendo lo que sentimos, pero no de la forma en la que pensamos ni la que hubiésemos querido decirlo. No es falta de sinceridad cuando evitamos decir algo que podría ser letal, es cautela. Somos emociones que tratan de ser razonadas, y cuando nos dan razonamientos lógicos reaccionamos con exageración o dramatismo. ¿Dónde quedó el entendimiento? ¿Cuándo perdimos la capacidad de negociar? Hablamos el mismo idioma, pero desde dos ángulos distintos. La distancia, al parecer, ha vencido otra vez.
Lo peor no es la separación, porque de algún modo si no se pudo superar algo tan superficial es que no estuvimos en sincronía. Lo peor es que, habiendo luchado, nos quedamos en la intriga y empezamos a cargar la vergonzosa culpa de «tener que corregir» lo que al parecer está mal. Ser el problema y no darse cuenta, aceptando siempre la imperfección. ¿Cuántas veces más toca aprender la lección? ¿Realmente hay algo mal en uno? ¿Y si esto no va a cambiar? Lo peor de un enfrentamiento son esas palabras que terminan rondando al corazón que no aprendió a silenciar el ruido de los demás. No habrá persona adecuada, solo una mejor percepción por nuestra parte. Sin embargo, duele cuando nos hacen creer que el problema está en nosotros.
Conclusión
¿Con qué facilidad podemos derrumbar los sentimientos? Cuando no estamos a la altura de la relación, esta puede caer como si fuera un castillo de naipes y las palabras hirientes fueran apenas nuestro aliento. Aunque no queramos, criticar a alguien no es algo que se pueda hacer libremente si no encontramos el espacio y momento adecuado. Después de todo, si buscamos que la otra persona crezca, hay que hacerlo en sus terrenos. Y aunque no queramos hacer daño, las intenciones no siempre cuentan. No somos seres perfectos, aceptemos eso con humildad, pero tampoco dejemos que nos minimicen en nombre de un supuesto amor: ♫Si estás pensando mal de mí mantenlo bien guardado para ti. No tengo tiempo para sufrir ni mucho menos algo que asumir.
Creo que si hay cosas que siguen pasando y no cambian, es porque realmente no se han superado porque aunque creamos haber aprendido la lección, no se ha aprendido lo suficiente como para seguir avanzando y claro que se repetirá las veces que sea necesario hasta que veamos más…y aprendamos lo que debemos aprender…Un abrazo gigante, como siempre Pablo, Excelente entrada, cabe anotar que me gustó bastante ese ( y qué) del título.
Gracias como siempre, y gracias por ser parte de estas 500 mil visitas 🙂 Un abrazo fuerte
Ojala sea la que complete las 500 mil, otro abrazo para ti mi Pablo.
Chapeau!!
Merci beaucoup!
Me encanta tu Blog, tus actualizaciones llegan como anillo al dedo.
Muchísimas gracias por tus palabras, espero seguir aportando lo suficiente para ti 🙂 un abrazo fuerte!
Hola.
Te he nominado en el concurso de blogs Blogger Recognition Award. Tu blog me parece muy interesante. https://aprovechatuvida.com/2016/07/17/blogger-recognition-award/
Por cierto, esto no es spam.
Un saludo.
Muchas gracias! aunque tarde, me alegra mucho sentir que alguien se interese en mis palabras, aunque enredadas. Espero podamos seguir compartiendo en este mundo de letras. Un abrazo.
Pingback: La asertividad como evidencia de una buena autoestima – Metanoia