Abriste todas las puertas con una sonrisa,
entregaste el corazón con plena sinceridad.
El consuelo que me queda es haber compartido contigo.
Y es que todo ese maravilloso amor que brindaste trasciende al tiempo.
Aunque tu paso haya sido fugaz, ahora tu entrega es para siempre.
«Nadie nos entiende» es aquello que solemos decir cuando nos victimizamos, cuando somos incapaces de darle valor a esas personas que nos guiaron y, peor aún, cuando evitamos reconocer la magia y el brillo de quienes están allí incluso en la distancia, silentes quizás, pero bien presentes, alentándonos a que nos pongamos de pie. Y nos preguntamos ¿Cuándo llegará esa persona destinada para nosotros? Esperando el mejor momento, la respuesta a nuestras preguntas, la señal adecuada para llevarnos el premio con facilidad. Paradójicamente, aunque estamos inmersos en un mundo de exigencia, parecemos pasivos o indiferentes. El punto de inflexión nos llega cuando decidimos salir a caminar sin prejuicios ni temores, y probamos todo lo que es ajeno y que no fuimos capaces de atrevernos. Allí en las cosas nuevas, allí en lo distinto, allí en una sonrisa. Somos capaces de encontrarnos en todo eso.
Fuiste una estrella que llenaba cada espacio con sabiduría y buen gusto, capaz de camuflarte con cualquier sentimiento. Respetuosa y tolerante, un ejemplo para cualquiera que pudiese asomarse a contemplarte. Vivir en la entrega quizás te quitó parte de esta vida, pero lo hacías con ese gran amor del que alguna vez fui testigo, que no se te puede reprochar. Y hasta el final, una persona que sonreía para eclipsar al dolor, alguien que supo hacer de sus sueños la esperanza de los que pudimos estar alguna vez a tu lado. La canción que motivó a tantos en cualquier momento, el café que era capaz de despertar a otros de su letargo. La humildad y la abnegación, alguien dispuesta siempre a ayudar. Estabas hecha de luz, tanta que quizás no estuvimos preparados para poder verte de cerca. Y te fuiste tan lejos, tanto como tu talento y tu espíritu de viajar te pudieron llevar, solo para decirnos que nunca hay límites, y que el amor no termina, trasciende sobre cualquier variable. Sólo una persona como tú ha sido capaz de unir a tanta gente, que ahora es inevitable recordarte con la esperanza de algún día poder volver a verte y agradecerte, reunidos en esa casa que siempre tenías como el corazón: con las puertas abiertas.

Y, viste como es – El amor de tu vida no es una persona. Es todo el amor que das y el amor que recibís durante tu vida.
Es el amor una de esas fórmulas incompletas que no podremos entender cómo es que funcionan, y solo nos queda atesorarlo sin cuestionamientos. El final de un amor no es el final de una relación, porque cuando es amor, resalta, destaca entre todo lo demás, es único. Y decir adiós nos duele cuando entendemos que no habrá más continuidad, pero nos alegra cuando sentimos paz y podemos recordar todo aquello que nos unió cuando cerramos los ojos, y que es por el bien de la otra persona. Son nuestras lecciones de amor las que nos hacen como somos, desde pequeños. Somos la resultante de los amores que sentimos y que pudimos entregar. Tal es así, que al igual que un amor que nunca tuvo fin, esta publicación no tiene conclusión, solo el eterno recuerdo de que un día «sin pensarlo tanto» empezó con palabras así: ♫No sé cómo expresar esto que llevo dentro, es tan poco lo que doy a lo que te mereces
PD: Fui testigo del breve paso tuyo en estos tiempos, fui tu anfitrión y fui tu huésped, fui cómplice y fui aliado. Allí donde te encuentres, mi gran amiga, estaré siempre agradecido y siempre en deuda contigo. Ahora eres un motivo especial para mirar al cielo y sonreír.
Gracias Pablo por este texto tan bonito y por utilizar la canción que te sugerí. Estoy seguro que desde arriba nos está viendo y nos regala su bella sonrisa con hoyuelos que tanto me gusta
Que bello mi Pablo, así es, coincido mucho contigo en la parte que amor también es todo el que puedes dar, recibir, compartir hacia cualquier ser o cosa en cualquier forma, soy de las personas que creen que todo es merecido en la vida, que todo consciente o inconscientemente nos lo ganamos, así también el amor, pero hay un pequeño truco por decirlo así, y el amor solo lo tiene el que lo da sin esperar siquiera que lo amen, lo merece quien da el amor como mejor puede darlo, quien lucha por brindar tolerancia y lo mejor de si, pese a que a veces sea difícil la lucha y salga algo malo de la persona, (nadie es perfecto), yo solo puedo decirte que cuando podemos vivir el amor a pesar de mil obstáculos, pero de la forma en que nada es límite para nuestro corazón, también somos felices, llegar a ese punto es realmente difícil, pero es lo maximo! Sentir que amas incondicionalmente sin esperar y ser feliz en verdad al lograr amar puramente es el mejor logro de la existencia. Un abrazote!!!!
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