Te fuiste y me dejaste tus cartas, y todos los detalles que hasta hoy conservan tu perfume.
Las sonrisas que aún hacen eco en los rincones de lo que solía ser nuestro lugar.
También dejaste tus colores, la esperanza, los juegos y los sabores. Los ingredientes de nuestro amor…
Y aunque quise retenerte, debo aceptar que lo mejor para ti era que empieces a volar.

La Escritura es Cultura – Anónimo – «La distancia no es un problema. El problema somos los humanos, que no sabemos amar sin tocar, sin ver o sin escuchar. El amor se siente con el corazón, no con el cuerpo.»
Lo nuestro no era convencional, tenía los matices de una historia que merece ser contada, incluso, sin saberse el final. A veces no nos damos cuenta que la vida tiene todos esos colores, pero: ¡Qué especial se convierte para nosotros cuando la intensidad y la ambición de los corazones jóvenes, multiplican todas estas características! La pasión, la entrega, la eterna voluntad y hasta la capacidad de omnipresencia. Es mágico cuando se ama con el corazón sin ataduras. La vida, entonces, parece no tener límites y la felicidad llega con cada pequeño detalle. Vivir con el corazón de los jóvenes enamorados es algo que pocos entienden, porque es arriesgarse demasiado a salir lastimado. Algunos hasta lo condenan por lo cursi. Sin embargo, nosotros apostamos por la sonrisa, por las largas horas hablando de cualquier cosa, sin importar que nos vieran como dos tontos que pierden el tiempo.
Cuánto daría por volver a sentir que me abrazas como la primera vez, en medio de tantas personas y, a la vez, sintiendo que solo estamos los dos. Como en los cuentos que nos inventábamos y que nunca supimos ponerles el punto final. En nuestra propia historia, poco a poco fueron derrumbadas nuestras defensas por los peros que los grandes advertían y que no queríamos aceptar. No fue la falta de amor, quizás fue el exceso, aquel que nos hizo entender que la lucha se convertiría en agonía. Entonces llegaron la oscuridad, la distancia real y el silencio, y nos dejaron a cada uno a su suerte. Dicen que no se puede vivir de los sueños, entonces ¿para qué soñar? Y aunque tú no lo supieras, yo aún seguía tus pasos y me quedaba el consuelo de saber que al menos tú estabas bien con lo que habíamos decidido. Entonces, yo decidí también luchar por estarlo. ¿Cuánto tiempo toma aceptar que después del amor nos corresponde amar de un modo más noble?
Después de ti, todo parecía estar borroso. Pensar en ti era parte de lo cotidiano hasta que logré concentrarme en lo mío. ¿Realmente acaba el amor o este continúa como una evolución que pocos son capaces de entender? La separación suele ser necesaria para aprender a desaprehender, a rehacernos desde nuestras propias bases. De esa manera, el sentimiento entra en metamorfosis, mientras las heridas se cierran con el tiempo y la distancia. ¿Quién lo diría? Ya no te recuerdo con lágrimas ni con anhelo. He podido, entonces, sobrevivir al paso de tu amor en mi vida, y, también, a estar sin ti, como un sobreviviente que estás dispuestos a seguir andando.
Conclusión
Nunca pude decirte adiós pues, desde que te conocí, siempre quise estar a tu lado para cuidarte y hacerte sonreír. Nunca imaginé que podría estar tan cerca de ti, y, a la vez, tan lejos. Nunca creí que, pese al dolor que sentí tras distanciarnos, tu hermosa terquedad pudiera volver a juntarnos; y, estando frente a frente, mostrarnos las heridas para acabar sonriendo como siempre, como si solo hubiesen cambiado nuestros cuerpos durante ese tiempo. Nunca seré capaz de desearte algo malo, ni tampoco, de volver a separarme de ti, aunque ya no estés, porque fue gracias a ti que entendí que el amor trasciende. Y hoy, muchos años después puedo decirte como en aquella breve despedida: ♫haz las cosas que siempre quisiste hacer sin mí ahí para retenerte. No lo pienses ¡Sólo hazlo!
Bonito y triste a la vez. Feliz tarde de lunes.
Gracias, que tengas buena semana!