Si vamos buscando lo perfecto para no salir al mundo lleno de errores, y nos encerramos en nosotros mismos para evitar más golpes, enclaustrados en nuestra música favorita, o los caminos y lugares que nos gustan, sin poder, si quiera, compartirlos. Si somos capaces de sentir a partir de las pequeñas cosas, pero ya casi no nos emocionamos por andar encasillados en un mundo tecnológico de opiniones infinitas, donde todos quieren tener la razón, pero nadie escucha. Y, aun así, si no podemos evitar ilusionarnos al ver al mundo desde los ojos de un niño. Si al crecer hemos olvidado las ganas de explorar y sentir todo lo que podamos en el menor tiempo posible, desmesuradamente y sin límites.
A continuación, algunas reflexiones luego de haber visto «Her».
-
Mi mayor frustración después de ti es que el único sentimiento propio al escribir es la nostalgia, el no tenerte, la soledad salpicada en mis días, el vacío reflejado en silencio en mis noches: La incapacidad para dejar de pensar y analizar el pasado, eso que nos amarra a todos o que, muchas veces, no aferramos a no querer soltar.
-
Curiosamente, mientras más comodidades tenemos, en lugar de disfrutar de cada momento y experimentar cada sensación como si fuera un sabor nuevo en nuestra memoria gustativa, nos rendimos al facilismo, a la pereza, la maldita zona de confort, escapando de responsabilidades o retos, huyendo incluso de nuestra propia vida.
-
¿Cómo puedo volver a actuar como cuando era niño, y poder abandonar esta absurda frontera que me aísla de descubrir a otras personas sin desconfiar? ¿Existe un botón de «Reset»?
-
La empatía no solo es ponerse en el lugar del otro, sino sentir a partir de sus sentidos. Es ver con sus ojos, tocar con sus dedos y hasta querer como otro lo hace. Es adentrarse en la otra persona a tal punto de dejar de lado una parte de uno mismo para ser como el otro es capaz de hacerlo por sentir sus emociones.
-
Las distancias, de tiempo y espacio, son solo reglas de juego a las que tenemos que enfrentar con creatividad y humor. El poder de las palabras es tan fuerte como para llevarnos a trascender, o, en palabras simples, volar.
-
Existe un lugar para los dos en el que solo nosotros podemos entrar. No tiene tiempo, ni ubicación específica. No acepta prejuicios ni miedos. Se expande lo suficiente como para dejarnos sueltos y se comprime lo necesario cuando queremos estar muy juntos. No hay leyes, pero hay orden. Ese lugar será nuestro, incluso si dejamos de ser «nosotros».
-
¿Acaso existe una persona exacta o precisa para nosotros o es meramente una idea nuestra? Como una atribución que le damos a quien llegó con palabras que queremos escuchar y que le damos más valor porque vienen de alguien y no de nosotros mismos.
-
Tenía que descubrir en mí todo lo que no pude descubrir con ella, para así dejarle ir.
-
Hasta que no soltamos, no completamos el círculo del amor.
-
La soledad puede ser buena para crear, compartir con alguien puede ser mejor para vivir. Pero ambos son necesarios para crecer.
-
La vida es el camino. No hace falta entenderlo sino recorrerlo. Aceptarse, perdonarse, agradecer, creer y así poder crecer. Habrá quien nos oriente, pero dependerá solo de nosotros mismos alcanzar la felicidad con esas pequeñas cosas.
Todo depende realmente de nosotros, me gustó tu entrad, muy identificada, a veces me encantaría borrar de mi mente todo lo malo experimentado, pero no es así, aunque mi corazón también sigue cumpliendo su función al igual que mir mente, y es realmente difícil hayar un punto de equilibrio, pero por ello lucho día a día….para que mi mente sirva a mi corazón y mi corazón enseñe a mi mente…un abrazo Pablo!