Lo imposible, lo impensado, lo que uno suele dar por perdido.
Pero quererte será, por siempre, cuestión de hoy.
Nunca creí en la suerte ni en el destino, hasta que me di cuenta de que no podía dejarte ir. ¿Para qué seguir intentando armar el rompecabezas, si a tu lado ya estaba completo? ¿Cuántas vidas más tenemos que pasar intentando coincidir? La verdad es que no me había conectado con nadie de esta manera. Es como si, al estar contigo, el resto del mundo se quedase quieto, mientras tú y yo nos contemplamos sin mover los labios, diciéndonos todo con palabras del corazón. ¿Cómo bajar los brazos? ¡Imposible! Solo queda luchar para aferrarnos a la esperanza de un mañana compartiendo el ahora, que es todo lo que tenemos para entregar.
No ha sido fácil perdonar y aceptar nuestros errores. Después de ti tuve que deshacer mi vida, no solo rehacerla como dicen algunos, pues había mucho de ti que me intoxicaba. Tenía que aprender a amarte de manera sana, volver a mi esencia y al amor propio, a cuidar de mí, a llenar cada espacio que supiste tocar con destreza con personas que no eran tú, y que no podían entender por qué me costaba tanto volver a empezar. Me refugié en tantas cosas que por momentos parecía que me adentraba en un laberinto. Un callejón sin salida, el túnel sin luz al final. No ha sido fácil dejarte ir y encontrarte en mis días y en mis noches, nunca será fácil dejarte ir.
Bastaría volver a tener un poco de ti por terceros, una absurda notificación por redes sociales, o el simple hecho de recordar pasando por cualquiera de nuestros lugares. Una tonta excusa que invite a no dejar de lado esta costumbre de tener un poco de ti en mis días. Saber que para ti la vida seguiría mientras que yo apenas sobrevivía a mis días sin ti. Aun así, no renuncié a la esperanza. Pese a todo lo vivido, pese a lo que los demás me decían, y sin importar todo lo que tú habías ganado tras dejarnos de lado, no pude renunciar a mirarte con devoción y contemplar que en tu belleza estaba mi calma. A conquistarte como solo alguien que necesitaba de tu amor podría hacerlo. Amar sin palabras de amor, las palabras tácitas en detalles mágicos. Volví a tu vida para no dejarte ir.
Al diablo la razón, al diablo con la coherencia. ¿Para qué buscarle argumentos al amor? Basta con que en tu libertad decidas buscarme. Tus dedos entrelazados con los míos, a escondidas. Envueltas en misterio, la pasión y la espera, deleitando a dos corazones que sintonizaron la misma frecuencia y que son capaces de resonar en silencio. Y qué más da si nadie nos entiende, eso querrá decir que vamos por buen camino. Sentirnos así es tan solo el primer paso de esta aventura, una completa locura, que, aunque exista el riesgo de acabar mal, amaremos correr el riesgo por siempre. Sin esperar más que el ahora: ♫Yo te quiero para siempre, pero siempre es hoy…
Qué bonito, me identifico totalmente😊
No me canso de leerlo 🙂